Queridos lectores, este fin de semana ha sido distinto a los demás, incluso la noche del viernes al sábado también lo fue, me costó conciliar el sueño pues sabía que desde tierras madrileñas nos iban a visitar dos amigos y teníamos que hacer que se sintieran como en su casa.
Llegaron a Quintanilla sobre las 09:15h (tras un leve despiste geográfico jeje) y antes de que llegaran, fuimos hasta el puente para ir "calentando". En el camino a "Margantón" tuvimos la primera toma de contacto y ya desde el primer momento se intuía la calidad humana de Silvia y Ramón. Tras las presentaciones (a Lolo también le presentaron un tal SIGMA 150-500), nos acercamos hasta el puente entre abubillas y una tímida pareja de picapinos. Ya en el puente, nueva presentación, la del señor Swarovski, con el que pudimos ver un rascón europeo, nuevo para nosotros por aquí.
Después les acompañamos hasta El Molino, donde se alojaron (entre un silencio atronador según Ramón) en medio de la naturaleza. Tras una rápida instalación, Lolo adoptó el 500 que no soltaría hasta última hora del domingo, aprovechando sus servicios a tope. Nos dirigimos Silvia, Ramón, Lolo, mi hermano y yo a la granja de ovejas (que tantas veces nos habrán leido en nuestros blogs).
No había mucho movimiento en la granja y decidimos subir al muladar de Mecerreyes donde, por cortesía de Fermín y Mario que nos guardaron la carroña, estuvimos a la espera de los leonados. Ya por el camino, el cielo se cubría de las siluetas de los buitres. Una vez allí, no hubo suerte y no bajaron al muladar (no estaban acostumbrados al coche ni a tanta gente) y nos apuntamos el primer disgusto pues deseábamos que afotara una pitanza en primera persona. Allí nos encontramos con Fernando Román y su hija, que estaban dando un paseo por el páramo.
Se acercaba la hora de comer pero antes estuvimos tomando algo en los bares y otra presentación, la de Ángel Velasco (que puso la nota humorística con sus divertidas anécdotas). Visita "express" a Territorio Artlanza y de aquí a comer a la ribera del Arlanza a su paso por Puentedura donde charlamos, asistimos a una clase de encuadres y con la mesa llena, a comer. Allí decidimos que lo mejor sería visitar "La Yecla" al acabar de comer, para dejar la visita hecha y sin prisas.
Afotamos buitres leonados, roqueros solitarios, chovas piquirrojas y aviones roqueros (próxima entrada), el que ya no estaba era el treparriscos. También hubo tiempo para informar a Jero de las sensaciones hasta el momento aunque las suyas fueran más "dulces" jeje.
Tras el chasco de por la mañana, decidimos regresar al lugar de los hechos con esperanzas renovadas eso sí, pasando antes a "repostar" donde el tío Frutos en Mecerreyes. Una vez en el muladar, los cuervos nos informaban de que había movimiento y así fue. Los cerdos habían desaparecido y una centena de buitres nos contemplaban desde las tierras. Con el teles, Silvia descubrió la silueta del gran buitre negro y cerca de él, otro ejemplar solitario. Por allí, otra pareja de alimoches y algún milano. Manos a la obra para ver y afotar:
Después de empaparnos de una buena jornada de campo, una buena cena en la bodega de Lolo fue lo ideal. Allí nos juntamos 13 personas con la compañía de Coral, José Luis, Irene, Gema, las hijas de Coral y Ángel y el protagonista de la velada: Jesús. La noche se alargó (incluso hubo clase de astronomía por parte de Ramón y su Smartphone). Durante toda la cena Ramón me preguntaba con insistencia sobre el resultado del Barça, ¿será culé?... jeje.
Tras descansar y recuperar fuerzas, decidimos pasar la mañana del domingo por "los sotos". Nueva visita a la granja de ovejas donde nos volvimos a encontrar a Ángel y un amigo suyo. Nuevas fotos de los leonados y a seguir con la mañana. Aquí, los "Canonistas" afotando a los leonados.
Pudimos observar al milano negro, al petirrojo, al cuco, una familia de corzos (5) y al torcecuello en el día de Domingo de Ramos. Y llegó el momento que nadie queríamos que llegara, el de la despedida. Silvia y Ramón se llevaron con sí unos detallitos de cerámica (búhos y buitre) que espero disfruten por los "madriles" de ellos. Ramón me regaló el libro de las Rutas Ornitológicas de Extremadura, un complemento perfecto y bastante completo sobre el "terruño" extremeño que envidio ya que el de Burgos no lo veo por ningún lado...
Creo que todos hemos salido ganando y esperemos os hayáis sentido a gusto en Quintanilla del Agua estas dos jornadas de campo, libertad y amistad.
Y para terminar, me quedo con esta foto que nos tiró el Maicro, en medio de la naturaleza, donde nos gusta estar, foto que sin duda disfrutará de un lugar privilegiado en casa pero sobre todo, en el corazón.
No os habíais marchado y ya os echábamos de menos, hemos disfrutado con vuestra presencia y compañía cantidad, ni os lo imagináis. Sóis unas pesonas que merecen la pena DE VERDAD, esperemos que estos vínculos crezcan cada vez más y nos reunamos pronto de nuevo, no importa el lugar pero eso sí, en medio de la natura. Tenemos la excusa de la ornitología para reunirnos de nuevo pero como además nos apasiona, ¿qué mas podemos pedir? ( Yo un Swarovski, sigma...) jeje
Un abrazo y hasta la próxima amigos.