Ya en el monte, un cernícalo, un milano real y estos dos jóvenes corzos, que no se asustaban demasiado.
Y para acabar, en las ruinas de una antigua tenada, he descubierto este precioso mochuelo que ha aguantado un minuto y se ha marchado a unos arbustos en la espesura.
También he visto bastantes cuervos y un conejo.
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