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martes, 26 de julio de 2016

Julio escaso




¡Hola amigos!



Hoy volvemos con unas fotos de este mes en el que casi no he salido a campear pero que me ha traido la sorpresa de una nueva especie para mi. Se trata de la culebra bastarda, un ejemplar atropellado que se encontró mi padre el día 12 de Julio:



Culebra bastarda


El día 15 por la noche, un intruso se coló en la cochera, como casi todos los veranos. Se trata del murciélago orejudo gris:


Murciélago orejudo gris



La laguna del molino sigue con agua, fantástica noticia para la fauna. 

No llegará al 20%, que ya es bastante en estas fechas, pero es suficiente como para ayudar a los pequeños renacuajos a conseguir convertirse en ranas y sapos. Obviamente, esto también atrae a cigüeñas y garzas reales:


Garza real


También las nuevas generaciones de aves ya campan a sus anchas por todas partes, aunque aún no lleguen a despegarse del todo de sus padres, como estos alcaudones comunes:


Alcaudones comunes



Alcaudón común


Por otra parte también es tiempo de mudar los plumajes, tanto los ejemplares adultos como los jóvenes que siguen creciendo. Esta cogujada común oteaba el entorno desde un montón de grava:


Cogujada común


Montones de grano que se ha recogido estas semanas se acumulan por las eras del pueblo y aves como esta tórtola turca los frecuentan mucho:


Tórtola turca


Y pocas novedades más, algún avistamiento más de buitre negro que tenéis en la página superior y hoy un águila culebrera por la zona norte del pueblo.


Espero que os hayan gustado las fotos.

¡Un saludo a todos y hasta la próxima!





lunes, 11 de julio de 2016

De la culebra a la cigüeña





¡Hola amigos!



Ayer estuve por la laguna del molino ya que están empezando a salir del agua las primeras ranitas y me encontré en el molino con una culebra viperina, comunmente llamada falsa víbora o culebra de agua.


Culebra viperina



Culebra viperina



Culebra viperina



Culebra viperina


Cambiando de zona pero no de entorno, en la laguna de Canto Blanco, 2 aguiluchos se encontraban allí junto con una pareja de cigüeñas. Uno era un aguilucho lagunero y el otro un aguilucho cenizo:



Aguilucho lagunero



Aguilucho cenizo



Por allí cerca se dejan ver más cosas también. No controlo demasiado a los aláudidos, pero creo que estamos ante una alondra común:



Alondra común



Alondra común


Uno de los muchos alimoches que se concentran en el muladar de Mecerreyes cada verano:


Alimoche


Y este machito de cernícalo vulgar en su oteadero preferido. Me pillaba muy lejos así que he metido mucho recorte a la foto:


Cernícalo vulgar


Y ya en el centro del pueblo, las tornas sobre el campanario han cambiado. El año pasado el nido Norte tuvo un sólo cigüeño y el nido Sur tuvo 3.

Comentar que la prole de la pareja más antigua, la del nido sur, ha tenido 2 bajas. El 12 de Mayo se cayó el primer pollo y el 1 de Julio, el segundo.



Cigüeño sobreviviente del nido sur



Los 3 cigüeños del nido norte


Justo al revés que el verano pasado: (ver foto)


Cigüeños



Por último decir que de momento no he logrado escuchar al chotacabras cuellirrojo. Y anotar que ayer al mediodía, una hembra de halcón peregrino sobrevoló el pueblo con una presa entre las garras, algún día le voy a pillar pero bien... (espero) jeje.



Bueno, como siempre espero que os haya gustado la entrada.

¡Un saludo a todos y hasta la próxima!




lunes, 4 de julio de 2016

El rey de los saurios






¡Hola amigos!




Hace miles de años, todos los reptiles del valle del Arlanza vivían bajo el mando de un lagarto. Este no era el más grande, ni el más fuerte, ni siquiera el más veloz. Tenía algo que le distinguía de todos los demás, una característica biológica que le convertía en rey; su sangre.

La sangre de Lepidus era caliente.

La jerarquía de aquel lagarto duró varias décadas, lo controlaba todo, tanto la vida diurna como la nocturna, en verano y en invierno. Le gustaba vigilar y contemplar su territorio las noches claras, las noches de calma en las que podía escuchar desde su risco a quienes merodeaban por sus posesiones. Este hábito nocturno le permitía controlar a otras especies que convivían en su terreno, sabía cuándo llegaba el chotacabras cuellirrojo, cuándo metamorfoseaban los pequeños sapos de espuelas, dónde cazaba la lechuza o cuántas crías había tenido ese año la silenciosa gineta.







Las diferentes especies de lagartijas que habitaban el valle, solían llevarle ofrendas el día del solsticio de verano, ritual que marcaba el inicio de la temporada de Sol.

El risco desde donde Lepidus observaba el entorno estaba marcado por la cantidad de "cadillos" que crecían en sus rendijas. También llamados "tagarninas", los cardos de flores amarillas decoraban ese oteadero y hacían sentir cómodo al lagarto rey.



Lagarto ocelado



Lagarto ocelado



Lagarto ocelado



Lagarto ocelado


Los últimos coletazos de Lepidus ocurrieron precisamente un día de solsticio de verano.

Aquel año hubo plaga de langostas, y la cantidad de ofrendas que recibió el rey fue desorbitada. El rey, como muestra de poder, acabó con todas las langostas que le llevaron, y al atardecer estaba ya llenísimo. El ocaso se acercaba y Lepidus salió de su cueva para descansar en la repisa de su risco.

Nadie presenció sus últimos momentos ya que el resto de reptiles se había retirado a pasar la noche, pero algunos cuentan que aquella suculenta comilona le costó la vida.

 En ese momento, se sentía tan pesado que los párpados empezaron a cerrársele, y no pudo percatarse de que un águila calzada cicleaba sobre esa zona. Las garras de aquella calzada, marcarían no sólo las escamas de su piel sino también, el final de su reinado.

Desde entonces, no ha vuelto a nacer ningún reptil de sangre caliente y por lo tanto, la vida de los reptiles del valle fluye con total libertad.




Bueno, espero que os haya gustado esta pequeña historia de verano.

¡Un saludo a todos y hasta la próxima!