¡Hola amigos!
Hoy he vuelto al entorno del monasterio de San Pedro de Arlanza, para ver cómo discurre la primavera por este rincón y cómo ha cambiado desde que estuve a finales del año pasado, en invierno.
Diría que sólo la abubilla ha estado ausente del coro de cantantes alados que podemos escuchar por estas fechas. Ruiseñores, oropéndolas, cucos y abejarucos, acompañaban a currucas, mosquiteros, reyezuelos, pinzones y demás artistas durante el continuo recital que he podido escuchar por todas partes.
Acercándome primero a echar un vistazo por el río; un andarríos chico y varias lavanderas cascadeñas.
Lavandera cascadeña |
Pero sin duda, los protagonistas aquí han sido los mirlos acuáticos, pues una pareja de jóvenes, ocupaban las rocas que medio año atrás ocupaban sus progenitores.
Mirlo acuático |
Mirlo acuático |
Mirlo acuático |
Desde lo alto de la ermita de San Pelayo, se puede obtener una buena vista panorámica de este legendario rincón del valle. En lo alto, un halcón peregrino vuela río arriba, y casi al alcance de los dedos, una pareja de vencejos reales sobrevolaban las ruinas.
Vencejo real |
Por supuesto, los aviones roqueros son aquí los dueños de estos roquedos, hasta 33 individuos. También, unos 15 vencejos comunes y otros 25 aviones comunes.
Una pareja de cernícalos vulgares parece establecida por la zona.
Desde aquí arriba, oigo "relinchar" al pito real. Pasan los minutos, y por la "autovía" superior, un águila culebrera y un alimoche después, desfilan sobre las ruinas.
2 corzos ladran entre los enebros y los ecos de las verticales de piedra.
39 especies y, un tercio de ellas, estivales.
Hasta aquí la entrada de hoy.
¡Un saludo a todos y hasta la próxima!
No hay comentarios :
Publicar un comentario