viernes, 15 de diciembre de 2023

Cuando peor pintaba la cosa

 

¡Hola amigos!


Comienza el mes de Diciembre y subo por primera vez este invierno a la Peña Valdosa, enclave que quiero trabajar un poco más intensamente esta temporada, por los avistamientos y el paisaje.

Por el tramo que hay desde Tejada hasta el comienzo de la subida, veo un bando de jilgueros comiendo en una tierra, mientras oigo a un arrendajo y a algún zorzal charlo.

Ya desde aquí puedo apreciar que la parte alta de la peña no se ve, pues está metida en una esponjosa línea de nubes bajas. La predicción del tiempo decía que iba a levantar pronto, así que me tomo la subida con más calma de lo habitual. Un par de herrerillos capuchinos y más zorzales charlos, se encuentran en la base de la peña.

El tiempo no mejora y pasan los minutos. Yo sigo refugiado en el pinar, en las faldas de la montaña, pero como la ventisca deja libre la primera parte del farallón, decido ir subiendo y comer algo mientras espero a que amaine.

La mañana pasa, pero la ventisca no. Esta ventisca, a diferencia de la que había semanas atrás en Peña Lara, moja. En mi pequeño refugio en una oquedad del farallón, veo pasar la inconfundible silueta del águila real, luchando claramente por avanzar en contra de los elementos, y bastante cerca de mí. ¿Pero dónde narices irá? A su paso, 3 palomas se espantan y salen de la pared, sin poder yo identificarlas.

Ya con más de la mitad de la mañana gastada, la "autovía" de nubes parece haber pasado, pues se abren grandes claros y sale el Sol, aunque el horizonte no tiene buena pinta. Aprovecho pues, para avanzar un poco e intentar escudriñar algo más de pared. El viento sigue siendo muy fuerte, y las nubes vuelven a acercarse. 

Algún buitre leonado y una pareja de cuervos, ponen algo de vida en el amenazante paisaje.

Cuando ya me volvía para evitar que me "atropellara" de nuevo la ventisca que regresaba, lo vi. Salió de la pared, cerca de donde yo estaba, y voló hacia atrás, hacia donde había estado esperando antes, digamos que se dejó llevar por el viento. Fue un doble alivio, pues por fin veía al amigo treparriscos este año, y voló hacia la zona de farallón protegida, por mi "camino" de vuelta.

La ventisca empezaba a dejarse sentir de nuevo, pero si "corría" a refugiarme, podía espantar al trepa y quedarme sin ni siquiera una foto testimonial. Unos minutos después, lo relocalizo, y le hago una foto antes de que siguiera avanzando hasta donde el farallón se funde con la ladera.


Treparriscos

Es curioso pues finalmente hizo un vuelo horizontal alejándose de la pared, y descendiendo a una zona de "repisas" ladera abajo, donde ya lo perdí de vista definitivamente.

Descendiendo ya por el monte y con el cielo azul, vuelvo a ver al águila real bastante lejos, haciendo vuelos territoriales, subiendo y bajando en picado, en dirección a las montañas del sur.

Una mañana con un tiempo realmente adverso, pero con la fortuna de mi lado. Quiero volver en cuanto pueda, pues la observación de hoy, me certifica que este es el sitio.

Espero que os haya gustado la entrada, aunque con mucho texto y pocas fotos.



¡Un saludo a todos y hasta la próxima!



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